Sunday, August 21, 2011

sugerencia tonta














Está comprobado, hasta la saciedad, que a los políticos elegidos como alcaldes no les interesa en absoluto la salud de los munícipes bajo sus jurisdicciones. Solo se ocupan de pontificar en los medios de comunicación, a veces dando cuenta de algunas pequeñas obras realizadas, que de ningún modo pueden ser más importantes que recoger la basura, especialmente en un país donde hay un brote de cólera y de leptopirosis, esta última transmitida a través de la orina de las ratas.




Es una vergüenza para propios y extraños ver una ciudad, en este caso la Primada de América, convertida en un enorme basurero que contrasta con las grandes torres, elevados y túneles, metro y avenidas.




Si los flamantes síndicos, o alcaldes como se les llama oficialmente ahora, se ocuparan de sanear la ciudad, se granjearían el respeto de los ciudadanos y el reconocimiento de la posteridad. Pero no, siempre alegan falta de recursos, aunque sí aparece dinero para mantener nóminas parasitarias integradas por compañeritos o compañeritas. Si tuvieran un poco de iniciativa, pondrían a trabajar a esos “chupa-presupuestos” para que justifiquen sus salarios, en lugar de andar por ahí como holgazanes que son.




Estamos frente a una crisis derivada de la ineficiencia en la gestión pública. En otras épocas de nuestra etapa democrática, tanto Balaguer como don Antonio Guzmán apelaron a la guardia para eliminar los basureros. Eso debería hacerse ahora, con incentivos para los militares que mejor hagan su trabajo, a fin de que no se sientan disminuidos moralmente.




Si esto no se puede por razones políticas del momento, el Gobierno debería integrar una Comisión Temporal de Ornato Cívico, integrada por un grupo de ciudadanos que no sea muy numeroso, entre los cuales podrían ser escogidos representantes de las iglesias, empresarios y grupos comunitarios. Esta Comisión, por supuesto, requeriría del apoyo total del Poder Ejecutivo, en cuanto a los fondos que requiera para que la ciudad de Santo Domingo pueda volver a repetir que es “la ciudad más limpia de América”, aunque sea robándole la expresión a la propaganda utilizada por el Presidente Perpetuo de aquel pasado ominoso que a muchos todavía nos horroriza.







La Comisión Temporal de Ornato Cívico sería un buen ejemplo para otras ciudades, siempre que cumpla su misión, que culminaría cuando la recogida de basura, el bacheo de calles y la corrección de fugas de aguas negras se normalice.




Nunca olvidaremos la gran labor realizada en el primer Gobierno de Balaguer (1966-70) por don Enrique Apolinar Henríquez, como presidente de una Comisión del mismo nombre, que construyó gran parte del alcantarillado pluvial y sanitario de norte a sur, desde Cristo Rey hasta el malecón, con una línea principal de tuberías a todo lo largo de la avenida Máximo Gómez.




Entonces algunos vinculados a Balaguer criticaron que esa obra “no se veía”, diferente a aquellas cuyo aspecto cosmetológico es el más apreciado por los políticos, porque como están a la vista, pueden sumar votos. Sin embargo, de no haber sido construido ese alcantarillado, hoy día la ciudad estaría llena de excrementos y las inundaciones fueran peores.




Es posible que todavía aparezcan algunos hombres de la talla de don Quiquí Henríquez, que manejó en aquella época cinco millones de dólares aportados por la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) sin que se perdiera un centavo.




En momentos en que el presidente Leonel Fernández anuncia que se escucharán las quejas de los ciudadanos de todos los barrios, sería útil que como se le ha dado prioridad a la basura, entre otros problemas, nombre una Comisión Temporal de Ornato Cívico a ver si esta ciudad de nuestros amores recobra su esplendor.







santiagoestrella2000@yahoo.com





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