Friday, March 06, 2009

Leonel Fernández gana espacio


El presidente Leonel Fernández sigue ganando espacio político. Su reciente visita a Cuba demostró nuevamente que es un estadista con agallas, que no vacila al tomar decisiones que proyectan cada día más a la República Dominicana hacia el exterior.
Su precisa condena al capitalismo “tóxico”, sus novedosos planteamientos sobre la crisis económica mundial y su rotunda oposición al injusto bloqueo económico a Cuba por los Estados Unidos, es una interpretación acabada del sentir de los dominicanos preocupados por estos temas. En el aspecto político, Leonel Fernández arrebató espacio a los grupos revolucionarios de izquierda, que si fueran más sensatos deberían felicitarlo y apoyarlo por tan palpable muestra de valentía.
¿Quién iba a imaginar, al finalizar el siglo pasado, que un Presidente dominicano no solamente restablecería las relaciones diplomáticas entre la República Dominicana y Cuba, rotas por la dictadura tras la gloriosa expedición revolucionaria del 14 de junio de 1959? ¿Quién podría pensar que un Presidente nuestro no solamente realizara una visita oficial a Cuba, sino que además fuera elogiado por Fidel Castro, el Comandante de la Revolución, al enjuiciar como brillante el pensamiento de Leonel, su capacidad para el cálculo y su capacidad para exponer sobre los más variados temas internacionales? Naturalmente, las condiciones políticas del mundo han cambiado, y la República Dominicana, poco a poco, se está ajustando a los aires que soplan, circunstancia que muchos Presidentes latinoamericanos aprovechan para ponerse en sintonía con lo que realmente necesitan nuestros pueblos, que no son otra cosa que democracia participativa, libertad, respeto a la dignidad humana, reconocimiento a los valores soberanos, etc.
Hoy cobran más fuerza las palabras de Juan Bosch, el Presidente Moral de los dominicanos como lo bautizó el historiador Euclides Gutiérrez Félix, en el sentido de que Leonel Fernández era “un diamante sin pulir”.
Uno podrá disentir de muchas de las cosas del doctor Fernández, como también de variadas actitudes e ideas de Fidel Castro. Pero lo que es innegable es que ambos son brillantes, de una lucidez incomparable, de posiciones políticas dignas y de decisiones prácticas, aún cuando vivan en sistemas diferentes y a pesar de sus diferentes concepciones sobre el modo de manejarse con los Estados Unidos.
Es mucho lo que podemos recibir de Cuba. Los cubanos tienen sobrada experiencia en salud pública, educación, tecnologías de la información y electricidad, prevención de desastres y uso de la energía solar como fuente alternativa. Hace poco, Cuba inicio su campaña anual contra la poliomielitis, que desde 1962 mantiene a esa Nación libre de esa enfermedad. Hoy día, los niños cubanos están protegidos de 13 enfermedades, y ya el país eliminó la difteria, la tos ferina, el sarampión, la rubéola y la poliomielitis. También dejaron de ser un problema de salud el síndrome de rubéola congénita, el tétanos neonatal, el tétanos, la parotiditis y la enfermedad meningocóccica. El programa de inmunización en Cuba se realiza con once 11 vacunas, nueve de ellas de producción propia.
En las montañas de Cuba donde no llegan las redes eléctricas, las escuelas utilizan paneles solares, suficientes para proporcionar energía eléctrica y mantener por lo menos una o dos computadoras. Nadie puede alegar ignorancia, porque la educación es absolutamente gratuita para todos, igual que los servicios de salud. La Educación y la Salud son dos de las conquistas sociales más importantes obtenidas por el pueblo cubano. Los indicadores que en una y otra esfera se revelan son muestras convincentes de la prioridad que se concede a la formación de niños y jóvenes, en la preservación y cuidado de su salud.
Estoy convencido de que el Presidente Fernández aprecia esos logros, de manera que hay que esperar a ver que nos trae. Si es por el optimismo con que suele referirse a los problemas, seguramente vendrá con buenas noticias de la Isla Fascinante.

santiagoestrella2000@yahoo.com