Monday, July 12, 2010

Preguntas al aire

¿Se acabarán los crímenes y la delincuencia en la República Dominicana con la sustitución del Jefe de la Policía, general Rafael Guillermo Guzmán Fermín?

¿Compromete a toda la policía el hecho de que unos cuantos agentes, que constituyen una minoría, se dediquen a asaltar ciudadanos o a asesinarlos por desobedecer una orden de detenerse en un lugar oscuro?

¿Cesarían las acciones del narcotráfico?

Es evidente que la respuesta es no, porque la delincuencia ha echado raíces tan firmes que será prácticamente imposible erradicarla de la noche a la mañana. No importa el Gobierno que esté ni la persona que desempeñe el cargo de Jefe de la Policía, uno de los más difíciles por su naturaleza política.

El propio Guzmán Fermín ha dicho que al interior de la institución que dirige hay “fuerzas ocultas” que pretenden hacerlo “saltar de cargo” el próximo 16 de agosto, cuando algunos Presidentes realizan cambios en el Gabinete, que por cierto no es el estilo del doctor Leonel Fernández en cuanto a escoger esa fecha para modificar su Gabinete.

Guzmán Fermín, a mi juicio, ha hecho un gran trabajo, aunque la desesperación de la sociedad es tal que muchos piensan lo contrario, negándose a reconocer que ese oficial ha enfrentado como pocos el crimen organizado, a riesgo de su propia vida y la de su familia.

Joaquín Balaguer, refiriéndose a la Policía, decía que jamás había visto una institución cuyos miembros se protegieran tanto mutuamente para ocultar delitos por ellos cometidos. Si así fuera, Guzmán Fermín no cabe en ese grupo, pues durante su gestión ha separado de sus cargos a más de 8.000 agentes, entre ellos altos oficiales que violaron la Ley o que se oponen a los cambios fundamentales que requiere la Policía Nacional.

Sustituirlo en estos momentos, me parece, constituiría un triunfo de los delincuentes, que quisieran que los policías les aplaudan o lo reciban con flores cada vez que son tiroteados por las bandas del bajo mundo, muchas de las cuales tienen armas tan sofisticadas que ni el Ejército posee, como por ejemplo fusiles de alta precisión o ametralladoras israelíes traídas al país de contrabando.

Es de todos conocidos que cada vez que un Gobierno despide a un Jefe de la Policía, los delincuentes reciben al designado con múltiples acciones criminales, como si le retaran o le enviaran un mensaje codificado para que sepa a qué atenerse.

No creo que la violencia se deba a la falta de inversiones en la educación del pueblo dominicano. Si fuera así, no existiera la violencia en países como Estados Unidos, por ejemplo, donde se hacen enormes inversiones en la educación y donde según estadísticas 65 personas mueren diariamente, y más de 6.000 quedan heridas como consecuencia de episodios de violencia.

El complejo problema de la violencia no solo afecta a mujeres, niños, adolescentes y ancianos, sino que también causa estragos en los servicios de salud y de rehabilitación, con enormes gastos para el Estado. Según un estudio de las Naciones Unidas, las estimaciones de los costos de la violencia en los Estados Unidos alcanzan la cifra de más de US$ 300 mil millones por año. Sólo el maltrato de los niños tiene para la economía de los EE.UU. un costo anual de US$ 94 mil millones, lo cual representa el 1% del PIB nacional. En esta cifra se incluyen los costos médicos directos y los relacionados con los servicios legales, policiales y penitenciarios, así como el valor de las pérdidas indirectas de productividad, los costos psicológicos y la delincuencia futura.

En 2005, en un país tan culto como Francia la muerte accidental de dos adolescentes dio lugar a tres semanas de protestas que obligaron al Gobierno a decretar un Estado de Emergencia. Unos 8,400 vehículos y fueron incendiados, afectando escuelas, tiendas, gimnasios, comisarías y bibliotecas, entre otros edificios, aparte de que hubo miles de detenidos por 12.000 policías que fueron tirados a las calles.

Gracias a Dios, en la República Dominicana la violencia no ha sido de tales dimensiones, aunque sí debe preocupar a todos. La sociedad tiene que confiar en sus autoridades, pues de lo contrario se le hace el juego a los delincuentes, que desearían que Guzmán Fermín o cualquier otro Jefe de la Policía saliera derrotado, humillado con un despido cuando más esfuerzos realiza para devolver la tranquilidad a los dominicanos.

santiagoestrella2000@yahoo.com

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